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¿Cómo reducir el riesgo de síndrome de la muerte súbita del lactante?

¿Cómo reducir el riesgo de síndrome de la muerte súbita del lactante?

El síndrome de la muerte súbita del lactante (SMSL o SIDS en inglés) afecta a un gran número de bebés durante el primer año de vida, con mucha mayor incidencia entre el primer y el cuarto mes de vida. Las razones que producen este síndrome no han sido determinadas aún con total certeza, pero sí es cierto que se han realizado estudios e investigaciones sobre este tema que permiten sacar algunas conclusiones. Sigue leyendo para saber cómo reducir el síndrome de muerte súbita del lactante en bebés recién nacidos.

8 recomendaciones para evitar el síndrome de la muerte súbita del lactante

A pesar de que no hay una forma garantizada de evitar el síndrome de la muerte súbita del lactante (SMSL), sí se puede disminuir de una manera considerable el riesgo de sufrirlo. Estas son algunas de las recomendaciones que promueven los especialistas médicos pediátricos para evitarlo.

1. Acostar siempre al bebe boca arriba

Esta es una de las medidas más importantes: el bebé debe dormir siempre boca arriba, sobre todo en los primeros meses de vida. Nunca boca abajo y es preferible evitar acostarlo de costado. Desde que se empezó a usar esta medida de forma masiva en 1994, se redujo casi un 50% el número de muertes en bebés.

Al dormir boca abajo, el bebé tiene más posibilidades de pausar su respiración o inhalar el aire que acaba de expulsar, menos rico en oxígeno. Tampoco es recomendable colocarlo de costado, porque puede acomodarse boca abajo fácilmente. Una vez pasados los primeros 5 o 6 meses el bebé será capaz de girar por sí mismo y será más complicado mantenerlo en esa posición de costado, pero también es cierto que a partir de esa edad el riesgo de muerte súbita por asfixia comienza a disminuir notablemente.

Puesto que la recomendación es colocar al bebé a dormir boca arriba, se vio un aumento proporcional de casos de plagiocefalia o síndrome de la cabeza plana, a la vez que disminuían los casos de muerte súbita. En este punto, se debe intentar cambiar la posición de la cabeza del bebé de vez en cuando y también colocarlo boca abajo cuando no esté dormido, portearlo y evitar que pase demasiado tiempo con la cabeza presionada en superficies duras.


2. No colocar peluches ni otros objetos en la cuna

Evitar colocar peluches, almohadas, cojines u otros objetos blandos en la cuna de un bebé es una medida crucial para prevenir el síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL). Estos objetos pueden obstruir las vías respiratorias del bebé o crear un entorno propenso al sobrecalentamiento, ambos factores que incrementan el riesgo de SMSL. Mantener la cuna despejada garantiza un espacio seguro y libre de peligros.

 

3. Selecciona cuidadosamente el colchón

La elección de un colchón con una firmeza adecuada es crucial para prevenir el síndrome de la muerte súbita del lactante. Tanto el colchón como la ropa de cama que lo cubran deben ser transpirables y no retener el calor. Varios estudios han vinculado materiales y superficies blandas o plásticas con un elevado riesgo de sufrir el síndrome de la muerte súbita del lactante.

Por ello, es fundamental revisar el colchón en el que va a dormir el bebé. Muchas veces se eligen las cunas por su diseño y estética y se mantiene el colchón de cortesía que viene con ellas. Este colchón de cortesía suele ser de una espuma de mala calidad y suele estar recubierto de un plástico nada transpirable. Cambiar este colchón por uno más seguro es clave para prevenir la muerte súbita del lactante.


4. Exceso de abrigo

Otra recomendación es no abrigar en exceso al bebé. Los bebés tienen un sistema de regulación de la temperatura corporal inmaduro, lo que los hace más susceptibles a los cambios de temperatura. Cuando un bebé está demasiado abrigado, su cuerpo puede sobrecalentarse rápidamente, lo que aumenta el riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL).

Además, el exceso de mantas o ropa puede obstruir las vías respiratorias del bebé, dificultando su respiración y aumentando el riesgo de asfixia. Por ello, es esencial vestir al bebé con ropa adecuada para la temperatura ambiente y evitar el uso de mantas gruesas o ropa excesiva durante el sueño.


5. No dormir en la misma cama que los papás

Cuando los padres y el bebé comparten la misma cama, aumenta el riesgo de asfixia accidental y sobrecalentamiento. Los adultos pueden involuntariamente rodar sobre el bebé, cubrirlo con mantas pesadas o crear un entorno demasiado cálido, lo que puede obstruir las vías respiratorias del bebé o elevar peligrosamente su temperatura corporal.

Además, los colchones y las almohadas de las camas para adultos no están diseñados para la seguridad de los bebés. Por estas razones, es crucial que los bebés duerman en su propia cuna, en una superficie firme y sin objetos sueltos, en la misma habitación que los padres, pero en una cama separada.

 

6. Ausencia de tabaco y alcohol

La exposición prenatal al tabaco y al alcohol afecta negativamente el desarrollo del sistema respiratorio y del sistema nervioso central del bebé, aumentando el riesgo de SMSL. El humo del tabaco, tanto durante el embarazo como después del nacimiento, puede causar problemas respiratorios y afectar la capacidad del bebé para despertarse fácilmente durante el sueño, un factor clave en la prevención del SMSL.


7. Lactancia materna a ser posible

La lactancia materna puede reducir el riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL) debido a varios factores protectores presentes en la leche materna. La leche materna proporciona anticuerpos y nutrientes esenciales que fortalecen el sistema inmunológico del bebé, ayudando a combatir infecciones que podrían aumentar el riesgo de SMSL. Además, la lactancia materna promueve un mejor control de la respiración y del sueño en los lactantes.

Un estudio publicado en la revista "Pediatrics" en 2011 encontró que los bebés alimentados con leche materna exclusivamente durante al menos dos meses tenían un riesgo significativamente menor de SMSL en comparación con aquellos que no fueron amamantados. Esta protección es aún mayor cuando la lactancia se prolonga más allá de los seis meses.


8. Uso del chupete

Varios estudios han demostrado que el uso del chupete durante el sueño está asociado con una reducción significativa del riesgo de SMSL. El chupete puede ayudar a mantener abiertas las vías respiratorias del bebé y fomentar un mayor control del tono muscular de la boca y garganta, lo cual reduce la probabilidad de apneas obstructivas durante el sueño. Además, el uso del chupete podría influir en el despertar del bebé, haciendo que sea más probable que se despierte si hay una obstrucción respiratoria.

Una revisión sistemática publicada en la revista "Archives of Disease in Childhood" en 2005 encontró que los bebés que usaban chupete tenían un riesgo un 90% menor de SMSL en comparación con aquellos que no lo usaban. La Academia Americana de Pediatría (AAP) también respalda esta recomendación, sugiriendo ofrecer un chupete al bebé a la hora de dormir y durante las siestas, aunque siempre de manera segura y evitando el uso de dispositivos que fijen el chupete a la ropa o la cama del bebé.

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