Lograr que los niños se relajen y se duerman fácilmente sabemos que puede ser un gran desafío para muchas familias. Las actividades diarias, la sobreexposición a pantallas y el ritmo acelerado del día a día, afecta también el descanso de los bebés.
Por ello, hoy te traemos una posible solución: la meditación y la relajación pueden ser actividades maravillosas para ayudarlos a desconectar antes de dormir y a conciliar un sueño más profundo y reparador. Te comparto algunos consejos prácticos para que puedas incorporar estas técnicas en la rutina nocturna de tus hijos, y que poco a poco se conviertan en un momento especial de calma y conexión.
Crea un Ambiente Relajante
Antes de empezar cualquier actividad de meditación, prepara el espacio donde se van a relajar. Puedes usar luces suaves, cerrar las cortinas y poner música relajante de fondo. También puedes poner algún aroma suave como lavanda o manzanilla. El ambiente es clave para que los niños asocien ese momento con tranquilidad.
Rutina corta y divertida
Para los niños, especialmente los más pequeños, es difícil mantener la atención durante mucho tiempo. Por eso, comienza con sesiones cortas, de unos cinco minutos y, con el tiempo, podrás alargarlas un poco más. Puede ser como una aventura en la que ellos son protagonistas, por ejemplo, exploradores que van a descubrir el país de los sueños. ¡Será divertido!
Usa su imaginación
Los niños tienen una imaginación increíble, así que ¿por qué no aprovecharla en este momento? Una técnica muy efectiva puede ser que cierren los ojos e imaginen que están en un lugar tranquilo. Puedes hablarles en voz baja y describir el sitio mientras los guías para que respiren profundo, se relajen y se sientan seguros en ese "lugar especial".
Respiración profunda
Esto puede ayudar a reducir el estrés y prepara el cuerpo para el descanso. Una manera fácil de enseñarla es a través de juegos de respiración. Puedes pedirles que imaginen que están inflando un globo gigante, respirando hondo y soltando el aire poco a poco. Otra opción es hacer que coloquen una mano sobre su estómago para que sientan cómo sube y baja con cada respiración. Esto no solo los relaja, sino que los ayuda a ser más conscientes de su propio cuerpo.
Mejor juntos
Los niños suelen imitar a los adultos, así que puede ser beneficioso que tú también participes en estos momentos de meditación y relajación. Esto les dará seguridad y les mostrará que es algo natural. Puedes guiarlos con suavidad, recordarles cómo hacer una respiración profunda o simplemente acompañarlos en silencio. Poco a poco, la meditación será un hábito.
Sé paciente y constante
Al principio, puede que tu hijo no entienda bien qué hacer o que tenga demasiada energía para quedarse quieto, esto es completamente normal. Lo importante es ser constante y permitir que, con el tiempo, este momento se convierta en parte de su rutina. La paciencia y la práctica diaria harán que, poco a poco, los niños se sientan más cómodos y se relajen con mayor facilidad.
Estas rutinas de relajación no solo ayudarán a tus hijos a dormir mejor, sino que también les enseñarán a manejar sus emociones y reducir el estrés. Incorporar estas prácticas en la rutina nocturna puede ser una forma maravillosa de fortalecer el vínculo familiar y crear un ambiente más tranquilo y saludable en casa.