Como madres y padres, siempre buscamos lo mejor para el descanso de nuestros hijos. Seguramente habrás oído hablar mucho sobre la "luz azul" y su impacto en el sueño. Pero, ¿cómo de peligrosa puede ser? Aquí os dejamos un post sobre qué es la luz azul, cómo afecta a los niños, mitos, realidades…
¿Qué es la luz azul y de dónde viene?
La luz azul es un tipo de luz que emite el sol y las pantallas de dispositivos electrónicos. Puede afectar al sueño si te expones a ella por las noches porque reduce la producción de melatonina, la hormona que te ayuda a dormir.
La fuente principal de luz azul es el sol, natural y saludable durante el día, ya que nos ayuda a mantenernos despiertos y activos. Pero también hay muchas fuentes artificiales de luz azul, como son los dispositivos electrónicos.
¿Cómo afecta la luz azul al sueño de los más pequeños?
Esta preocupación surge cuando nuestros hijos están expuestos a esa luz azul a últimas horas del día. Esto se debe a que la luz azul suprime la producción de melatonina, hormona que nos ayuda a saber cuándo es la hora de irse a dormir. En el descanso de los niños puede traducirse en un problema, ya que les cuesta más quedarse dormidos y, en algunos casos, su sueño puede ser menos profundo o reparador.
Imagina que el cerebro de tu hijo está preparado para empezar a relajarse al caer la noche. Si minutos antes de irse a la cama están mirando una pantalla brillante, el cerebro interpreta esa luz como si fuera de día. Esto provoca que se sientan menos cansados, y cuando logran dormirse, tal vez no lleguen a descansar como deberían.
¿Son las pantallas el único problema?
No solo la luz azul afecta al sueño, sino también el contenido que están viendo en esas pantallas. Si tus hijos están jugando a un videojuego emocionante o viendo un programa muy estimulante, eso también puede mantenerlos despiertos.
Además, es importante recordar que no toda la exposición a la luz azul es mala. Durante el día, la luz azul es necesaria ya que ayuda a regular el ciclo natural de sueño-vigilia, y a mantenernos despiertos y activos. Por eso, dejar que los niños jueguen al aire libre bajo la luz solar puede ayudar a regular el sueño.
¿Qué podemos hacer para ayudar a nuestros hijos a dormir mejor?
No se trata de prohibir las pantallas, sino de gestionar el tiempo. Aquí os dejamos algunos consejos:
- Establecer una rutina nocturna sin pantallas al menos una hora antes de irse a dormir. Pueden leer un cuento, hacer actividades relajantes, escuchar música suave, hablar sobre el día…
- Activar el modo nocturno en los dispositivos. Cambia la tonalidad de la pantalla a colores más cálidos, reduciendo así la luz azul.
- Si necesitan usar una pantalla por la noche, se puede considerar la idea de usar gafas con filtro de luz azul. Aunque lo ideal es limitar el uso de dispositivos antes de dormir.
Realidades y Mitos:
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Mito: "La luz azul es mala en cualquier momento".
Realidad: La luz azul es buena durante el día, especialmente la luz solar, ya que regula los ritmos naturales de nuestro cuerpo. -
Mito: "Usar el modo nocturno en los dispositivos es suficiente".
Realidad: Ayuda, pero no lo es todo. También es importante evitar contenido estimulante y crear una rutina relajante. -
Mito: "Las gafas con filtro de luz azul son una solución mágica".
Realidad: Aunque pueden ayudar a reducir la exposición a la luz azul, no reemplazan la necesidad de tomar descansos regulares de las pantallas electrónicas.
En resumen, la luz azul puede impactar de manera negativa en el sueño de los más pequeños. Sin embargo, con pequeños ajustes, como reducir el uso de pantallas antes de dormir y crear un ambiente relajado, podemos ayudar a que nuestros hijos duerman mejor y se despierten más descansados.