Queridas mamás y papás, seguro que habéis escuchado hablar del método mamá/papá canguro, una práctica maravillosa que trata de estar en contacto piel con piel con el bebé. Pero ¿sabías que este simple gesto tiene un alto impacto en el descanso y bienestar de los más pequeños de la casa?
Hoy os contamos los beneficios que puede llegar a tener esta práctica, tanto para vosotros como para los recién nacidos.
Relaja al bebé y favorece un sueño más profundo
Uno de los principales beneficios del contacto piel con piel es que ayuda al bebé a relajarse. Cuando el bebé está en contacto directo con la piel de mamá o papá, siente una conexión especial que le da calma y lo hace sentir más seguro. Esa sensación de protección es clave para que se relaje y duerma mejor.
Durante los primeros meses, el sueño de los bebés es más ligero e irregular. Al estar piel con piel, se liberan hormonas como la oxitocina, que no solo promueve el apego entre padres e hijos, sino que también reduce el estrés en el bebé. Por lo tanto, duerme y se desarrolla mejor.
Regula la temperatura corporal y la respiración del bebé
Cuando los recién nacidos están en contacto con la piel de sus padres, su cuerpo comienza a adaptarse de manera natural al entorno. La temperatura de mamá o papá ayuda a estabilizar la del bebé, lo que es fundamental para que se mantenga cómodo y cálido. Esta regulación de la temperatura es especialmente importante en los bebés prematuros ya que tienen más dificultades para mantener su temperatura corporal.
Además, el contacto piel con piel también regula la respiración del bebé. Al estar cerca de los latidos del corazón de los padres, el pequeño tiende a sincronizar su respiración, haciéndola más regular y estable. Esto no solo ayuda a que descanse mejor, sino que reduce los riesgos asociados con problemas respiratorios.
Favorece el desarrollo del ciclo de sueño-vigilia
A lo largo de los primeros meses de vida, muchos bebés tienen dificultades para diferenciar entre el día y la noche. Por lo que, este método mamá/papá canguro, puede ser un hábito saludable para ayudar a regular este ciclo. Al estar cerca de los padres, el bebé está más expuesto a señales ambientales como la luz y la oscuridad, lo que poco a poco le ayuda a distinguir entre ambos y a establecer mejores patrones de sueño.
Mejora la digestión y reduce el cólico
Los bebés que tienen contacto piel con piel a menudo muestran una mejoría en su digestión. Esta práctica estimula el sistema digestivo y promueve la producción de hormonas que facilitan la absorción de nutrientes. Además, al estar más relajados, los bebés tienen menos episodios de cólico, lo que supone una mejora en la calidad de su descanso.
Fortalece el vínculo emocional entre padres e hijos
Por último, el beneficio más emocional de todos: el fortalecimiento del vínculo afectivo entre el bebé y sus padres. Ese tiempo íntimo, en el que el lactante siente el calor y el amor de mamá o papá, genera un lazo único que fortalece su bienestar emocional y su desarrollo a largo plazo. El bebé se siente querido, protegido y tranquilo, lo que se traduce en una mayor seguridad y confianza.
Contacto piel con piel: calma y conexión
El contacto piel con piel no se limita a los primeros días de vida del pequeño. Se puede practicar durante la lactancia, después de un baño o simplemente cuando el bebé necesite calmarse. Es un momento especial para conectar, y tanto los padres como el bebé se benefician de esa cercanía.
En pocas palabras, el contacto piel con piel es una magnífica forma de ayudar a que el bebé descanse mejor, regulando su cuerpo y dándole la seguridad que necesita. Aprovechar esos momentos juntos, porque no solo están ayudando a su bebé a dormir mejor, ¡también están creando recuerdos y fortaleciendo su relación!