¿Cuántas veces hemos visto que el bebé se tranquiliza y deja de llorar con el sonido de un secador de pelo o de la campana extractora? El sonido que producen estos aparatos se llama ruido blanco y en este post te explicamos en qué consiste, por qué calma al bebé y si es bueno utilizarlo.
¿Qué es el ruido blanco?
El ruido blanco es un tipo de sonido que contiene todas las frecuencias audibles en igual intensidad, creando un sonido constante y uniforme que, de alguna manera, impide que otros sonidos lleguen a nuestra percepción auditiva.
Al enmascarar otros ruidos ambientales que podrían ser distracciones, el ruido blanco crea un entorno más estable y predecible, lo que facilita la conciliación y la continuidad del sueño de los bebés.
Aunque los más recomendables son los sonidos provenientes de la naturaleza, como el sonido de las olas del mar o de la lluvia, en la mayoría de los casos hay que recurrir a sonidos artificiales para crear el ruido blanco.
El ruido blanco para calmar a los bebés
Uno de los usos más populares del ruido blanco es su aplicación para relajar a los bebés y ayudarles a conciliar el sueño. Muchos padres han reportado que el ruido blanco ayuda a sus hijos a dormir mejor y a calmar su llanto.
La teoría detrás de esto es que el ruido blanco puede imitar los sonidos que un bebé escucha en el útero materno, creando una sensación de seguridad y confort. Es por ello que el primer uso terapéutico de este sonido fue en las UCIs neonatales, donde se reproducían los sonidos del útero materno y se enmascaraban los ruidos de las incubadoras para calmar a los bebés.
Además, al igual que con los adultos, el ruido blanco puede enmascarar otros ruidos del entorno que podrían despertar o molestar al bebé, como su propio llanto. Existe la teoría de que el bebé deja de oírse a sí mismo y por tanto deja de llorar. También evita que escuche otros sonidos repentinos que pueden causarle despertares.
El ruido blanco para bebés: posibles riesgos
La comunidad médica y científica ofrece recomendaciones mixtas sobre el uso del ruido blanco con bebés. Mientras que algunos estudios sugieren beneficios claros, otros advierten sobre posibles riesgos.
La Academia Americana de Pediatría (AAP) advierte que su uso debe ser ocasional, ya que podría generar dependencia, haciendo que los bebés tengan dificultades para dormir sin estos sonidos.
Otra preocupación es que la exposición prolongada y a alto volumen al ruido blanco podría afectar la audición de los bebés o interferir con el desarrollo de su capacidad para percibir y procesar sonidos, afectando negativamente al desarrollo de su lenguaje.
Cómo usar el ruido blanco en bebés
El ruido blanco puede ser una herramienta eficaz tanto para adultos como para bebés, siempre y cuando se use de manera adecuada y moderada. Para los bebés, puede ofrecer un entorno sonoro familiar y calmante, aunque es importante seguir las recomendaciones de seguridad para evitar posibles efectos adversos.
- Es crucial usar dispositivos de ruido blanco de manera prudente y no depender excesivamente de ellos para calmar al bebé.
- Es aconsejable que el aparato que emita este sonido se encuentre al menos a 2 metros de la cuna y que el volumen no supere los 50 decibelios. Emplear un volumen excesivamente alto podría ocasionar riesgos en su capacidad auditiva.
- Lo más recomendable es utilizar el ruido blanco programado, de esta manera no estará toda la noche expuesto a este sonido.
- El ruido blanco en bebés puede usarse como un recurso de emergencia, pero no se debe incluir como parte de la rutina de sueño del bebé.
No obstante, lo cierto es que no hay suficiente evidencia médica sobre la eficacia y la seguridad del uso del ruido blanco para el tratamiento del insomnio pediátrico. Como con cualquier herramienta, es aconsejable consultar con un profesional de la salud antes de incorporar el ruido blanco de manera regular.
