La plagiocefalia o cabeza plana es una deformidad craneal que consiste en un aplanamiento de la parte posterior de la cabeza, generalmente del lado derecho y más frecuente en niños que en niñas, que puede acompañarse de un desplazamiento del mismo lado de la cabeza hacia adelante.
Un bebé puede desarrollar plagiocefalia incluso antes de nacer si se ejerce presión sobre su cráneo por el efecto de la pelvis de su madre o la presión de un gemelo. La mayoría de lactantes con plagiocefalia tienen como causa común una TMC —tortícolis muscular congénita— o la costumbre de dormir habitualmente sobre el mismo lado. La plagiocefalia es menos grave de lo que puede parecer a primera vista, pero si no se trata adecuadamente puede provocar problemas graves en el futuro desarrollo del bebé.
Si las causas de la plagiocefalia no se tratan adecuadamente, esta deformidad craneal puede provocar asimetrías de la cara en el curso de los primeros años, y si la corrección ortopédica de la deformidad no se hace antes de los primeros 6 meses de vida, puede persistir hasta la vida adulta.
Pequeñas acciones como llevar al bebé en brazos, practicar el porteo, cambiar la postura del bebé para dormir, utilizar el colchón adecuado y colocarlo boca abajo cuando está despierto pueden ayudar a remitir los síntomas de la plagiocefalia.
¿Cómo saber si mi bebé tiene plagiocefalia?
Durante los primeros meses de vida el cráneo crece de forma espectacular, lo que provoca que haya descompensación entre el tamaño del cuerpo y el de la cabeza y dificulta la detección de plagiocefalia. A esto sumamos que empiezan a tener pelo, lo que oculta a simple vista el hundimiento en el cráneo.
La mejor manera de vigilar el desarrollo de la plagiocefalia es en la ducha, cuando lavamos la cabeza del bebé y el pelo queda pegado al cráneo. Miraremos desde arriba y desde ambos lados, de esta forma detectaremos mejor la posible asimetría.
Existen una serie de signos reconocibles que pueden indicar a los padres que su bebé tiene plagiocefalia o síndrome de la cabeza plana:
- La parte posterior de la cabeza del bebé está aplanada por un lado.
- Suele haber menos pelo en esa parte de la cabeza.
- Si miras la cabeza del bebé desde arriba, la oreja del lado aplanado se puede ver más adelantada que la otra.
- El bebé siempre mira para el mismo lado.
- Un abultamiento en la frente o coronilla del bebé.
- La cabeza del bebé se ve más alargada o estrecha de lo normal.
En los casos más graves, la cabeza puede sobresalir en el lado opuesto al del aplanamiento y la frente puede ser irregular. Si la causa es una tortícolis, el cuello, la mandíbula y la cara también pueden estar desniveladas.
Consulta a un especialista médico
Es importante tener en cuenta que algunos bebés pueden tener una ligera asimetría o una forma de cabeza un poco irregular al nacer, lo que puede desaparecer a medida que el bebé crece. Sin embargo, si los síntomas persisten después de los primeros meses de vida, es recomendable buscar atención médica.
Si sospechas que tu bebé tiene plagiocefalia, consulta a tu pediatra o a un especialista. Estos profesionales podrán realizarle un examen físico completo y utilizar herramientas como la medición de la circunferencia de la cabeza o un escaneo de imágenes para determinar si el bebé tiene plagiocefalia y, en caso afirmativo, recomendar un plan de tratamiento adecuado.