El método Montessori aborda el sueño de los bebés de manera respetuosa y considera que el entorno del sueño debe ser seguro y propicio para el desarrollo del niño. Este enfoque implica una crianza suave que guía al bebé hacia un estado sereno de descanso, respetando su ritmo natural y atendiendo a sus necesidades individuales.
El método Montessori destaca la importancia de la naturalidad, reconociendo que no se trata simplemente de buscar el sueño a toda costa. El período de descanso es una travesía delicada que debe abordarse día a día sin imposiciones, permitiendo el crecimiento conjunto con el hijo y evitando caer en estructuras rígidas o convencionalismos. El llanto nocturno del bebé no es simplemente un capricho, sino una parte integral de este proceso que debemos afrontar y comprender en su contexto.
Aunque María Montessori no proporcionó pautas específicas sobre el sueño en sus escritos, los seguidores del enfoque Montessori han desarrollado algunas claves o recomendaciones para el descanso de los bebés.
7 consejos Montessori para dormir
1. Entorno preparado
Se enfatiza la creación de un entorno de sueño seguro y tranquilo para el bebé. Esto implica mantener una habitación ordenada, libre de distracciones, y a poder ser lejos del ruido. Usa tonos neutros en las paredes y muebles y olvídate de los colores estridentes que sobreestimulan al niño.
Es recomendable personalizar el dormitorio de tal manera que el pequeño encuentre en él un espacio con el que se identifique, donde sienta bienestar y seguridad.
2. Respetar el ritmo del bebé
Los bebés no nacen con el reloj biológico desarrollado, con lo que no distinguen entre el día y la noche, el sueño y la vigilia. El método Montessori anima a observar y respetar los ritmos naturales del bebé, incluidos los patrones de sueño. Esto implica no forzar horarios estrictos y permitir que el bebé duerma cuando lo necesite.
3. Crear un ritual
Crea situaciones relajantes en torno a la hora de dormir para que el bebé conciba el sueño como un ritual positivo. Puede ser la lectura de un cuento, un baño caliente, la relajación con canciones… Intenta hacerlo todos los días a la misma hora.
Es necesario dejar claro que es la hora de dormir, pero a la vez acompañar al niño con amabilidad y comprensión, abandonando los juegos y estímulos y adentrándolo en un ambiente de tranquilidad.
4. Contacto físico
Se valora el contacto físico y el apego entre padres e hijos. Algunos padres Montessori practican la cama compartida de manera segura, permitiendo que el bebé duerma cerca de los padres hasta su primer año de vida, con el objetivo de ajustar los ritmos entre la madre y el hijo, así como de facilitar las atenciones nocturnas que pueda necesitar.
5. Acudir al llanto
Cuando el niño se despierta por la noche es porque necesita el contacto de su madre. Es un instinto natural completamente normal, la llamada “ansiedad por separación”. Un gesto cariñoso, un abrazo o una caricia pueden aliviar su sensación de soledad y le ayudarán a encontrar de nuevo la tranquilidad que le permita conciliar el sueño. Brindar consuelo además fomenta la seguridad interior del niño y la confianza hacia sus padres.
6. Colchón en el suelo
Algunos defensores de Montessori sugieren colocar el colchón directamente en el suelo en lugar de usar una cuna alta y sin barrotes. Esto permite que el bebé tenga más libertad de movimiento y fomente la independencia al entrar y salir de la cama. Aunque sea una cama baja y sin barrotes será igualmente segura, pues al estar a ras de suelo no habrá problema en que el peque alcance el suelo por él mismo.
Además, la cama o cuna no solo se considera un lugar para dormir, sino un sitio donde se puede jugar con peluches, recibir los mimos de su mamá, escuchar música, etc. Recuerda que cuando se trata de bebés no se debe colorar en la cama ningún peluche, cojín o almohada a la hora de dormir.
7. Libertad de movimiento sin sobreestimulación
Durante el día, busca que el bebé tenga libertad de movimiento. Dejar que el niño juegue solo, según la filosofía Montessori, promueve la independencia y la autoexploración.
Cuando los niños están constantemente expuestos a estímulos excesivos y restricciones físicas, como estar atrapados en una hamaca o un parque durante horas, puede generar agitación y estrés, dificultando su capacidad para conciliar el sueño por la noche. Al permitir que el niño se desarrolle física y mentalmente a su propio ritmo, se establece una base para un sueño más sereno.
Es importante tener en cuenta que las prácticas Montessori pueden variar y que cada familia puede adaptarlas según las necesidades y preferencias individuales. Además, es fundamental seguir las pautas de seguridad recomendadas para el sueño del bebé, independientemente del enfoque pedagógico elegido.