
La mitad de los bebés presenta problemas al dormir
Cerca del 60 % de los bebés encuentran dificultades para dormir y además se suelen despertar frecuentemente durante la noche. Que los bebés presenten problemas de sueño y que uno de cada cuatro no consiga dormir del tirón, puede deberse a que los padres no son capaces de establecer una rutina diaria de sueño.
Los pequeños no nacen con la capacidad de saber cuál es el día y cuál es la noche, no nacen con patrones establecidos de sueño y vigilia, por lo que es importantísimo enseñarles la diferencia entre ellos y cuándo es el momento de dormir. La labor de las mamás y papás es sumamente importante, ya que deben enseñar a dormir a sus pequeños, crearles unos hábitos de sueño, etc.
Cuando se despiertan durante la noche, no todos los bebés saben cómo volver a dormirse solos. Si los padres los mecen o alimentan para ayudarlos a dormir, o los duermen en sus brazos, esto puede convertirse en un patrón y el bebé siempre necesitará estar en sus brazos para volver a dormirse, con lo que le costará mucho más aprender a dormirse solo.
Puedes ayudar a tu bebé a dormir si reconoces una serie de signos que indican que ya tiene sueño (como frotarse los ojos, bostezar o apartar la mirada), si le enseñas a dormirse solo y si lo consuelas cuando se despierta.
Los bebés, sobre todo a partir de los 6 meses, pueden tener dificultad para dormir a causa de la ansiedad que le produce la separación temporal de sus padres, la sobreestimulación o el cansancio extremo.
Consejos para ayudar a dormir a tu bebé
Para ayudarlo a aprender a dormir puedes seguir estos consejos:
– Abrazarlo y consolarlo durante el día puede ayudar a que se sienta más seguro durante la noche y aprenda a manejar las separaciones.
– Evitar la estimulación y las actividades cerca de la hora de dormir.
– Establecer una rutina para irse a dormir, como un baño, leer un cuento o mecerlo mientras le cantas o se reproduce una canción suave y tranquila.
– Colocar al bebé en la cuna cuando esté somnoliento, pero antes de que se duerma completamente.
– Darle seguridad cuando tenga miedo o se despierte con terrores nocturnos, pero no sacarlo de la cuna.
– Cuando llore, demuéstrale que estás con palmaditas y arrullos, luego dale buenas noches y sal de la habitación (repítelo las veces que haga falta).