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La vuelta a… ¿la normalidad?

Septiembre debería ser el mes donde todo se vuelve a poner en su sitio. Debería ser, ante todo, el mes de la vuelta a la normalidad. El mes en el que la aburrida y monótona rutina vuelven a nuestras vidas para darnos ese equilibrio —tan necesario— que solo te da lo previsible y lo esperado. Que sorpresas ya nos dará la vida y algunas no serán del todo buenas. Septiembre debería ser el mes de la compra de uniformes, mochilas, libros y libretas. Debería ser el mes de forrar los libros… ¿o eso ya no se hace?

Septiembre debería ser, ante todo, el mes de la vuelta a la normalidad.

Sin embargo, dadas las circunstancias, y ante posibles rebrotes debido a la crisis del Covid—19, las pertinentes autoridades políticas y distintos organismos educativos no terminan de ponerse de acuerdo del todo y septiembre tiene pinta de ser un mes de todo menos normal. La vuelta a la normalidad este año no viene sola, la normalidad este año nos pide un poco más de sacrificio. Este inicio de curso tenemos que esforzarnos un poco más y organizarnos un poco mejor.

Aunque se está trabajando para que nuestros hijos inicien el curso escolar de manera presencial, cabe la posibilidad de que parte de la educación sea de manera telemática, por eso, aunque sea desde casa, debemos mantener y respetar unos horarios de estudio, de recreo, de ocio y de descanso. Es importante recuperar los hábitos y rutinas de siempre y volver a unos horarios más rígidos para evitar que nuestros hijos tengan la sensación de seguir en periodo vacacional. En la nueva normalidad de horarios, una de las principales rutinas es la hora de ir a la cama y la hora de levantarse. La segunda siempre dependerá de la primera porque el descanso de nuestros hijos es fundamental para garantizar el éxito escolar